Compañeros, la oportunidad que nos presenta este espacio público para desenmascarar a la reacción vestida con ropas revolucionarias, surge al ver las declaraciones de Rosaura Ruiz, secretaria de Desarrollo Institucional de la UNAM, quien con toda desfachatez señala que el bachillerato de la UNAM es el único capaz de preparar a los estudiantes para el nivel universitario, despreciando a otras instituciones públicas, como lo es el Colegio de Bachilleres.
Ruiz, perteneciente a la alta burocracia universitaria que en las últimas décadas ha dejado caer al sistema de educación media superior que se encuentra subfinanciado, privilegiando a los centros de investigación, la élite según ellos, da una muestra más del desprecio que desde la torre de Rectoría se siente hacia los muchachos que no ingresan a la UNAM a través de su sistema excluyente.
Me pregunto: ¿si la UNAM desdeña el Sistema Nacional de Bachillerato para qué quiere becas para sus profesores, si no piensa cambiar sus caducos sistemas de enseñanza? Las autoridades universitarias sólo de dientes para afuera defienden la educación popular, en realidad encubren la complacencia con la que se manejan las cosas en CU, que es algo que se discute en privado, pero que se niega vehementemente cuando se menciona fuera del círculo tribal.
El que la UNAM presuma su Premio Príncipe de Asturias, cuando aumentan los índices de deserción en sus prepas y cchs, a pesar de que supuestamente escogen a los “mejores” en el examen del COMIPEMS, es una muestra más de que las poses de sentirse por encima de los demás ya no les están funcionando y de que recurren al grito de “autonomía, autonomía” cuando sus intereses creados se ponen en riesgo.
Desde la izquierda cometemos un grave error cuando en lugar de fortalecer nuestros planteles y la cultura que en más de 30 años hemos creado en el Colegio y que nos ha proporcionado una identidad propia, con sus fallas y aciertos, seguimos validando a la mafia de la UNAM que cada día nos cierra más espacios.
En cuanto a la contestación a un comentario mío previo hecho por “La pluma roja”, quisiera agregar lo siguiente: Cierto es que el Estado mexicano tiene sus intelectuales orgánicos esparcidos en diferentes instituciones para validar ideológicamente sus procedimientos, es por ello que debemos dar la batalla en la trinchera de las ideas sobre todo con los conceptos gramscianos de que los intelectuales deben de estar cerca de las visiones proletarias. Complementaría lo anterior apelando a una dialéctica de lo concreto, basado en los hechos y no en las teorías.
Así, me parece errado mencionar que las becas sólo las recibe “el alumno que tiene dinero para fotocopias, laptop, carro, Internet, comida, que no tiene que trabajar porque sus estudios los pagan sus padres, es decir, el que tiene más recursos económicos”, yo lo que he testimoniado, en Bachilleres y con compañeros que estudian en Conalep es que las becas las han recibido quienes ni sueñan con tener una laptop, ya que cuando usan la computadora lo hacen en los espacios que han puesto las delegaciones y que son más baratos que los cafés internets, que se desplazan en peseros y en camiones cuando los hay y que trabajan en los Cinépolis o los Cinemex.
Si cerramos los ojos a lo que pasa en aras de “la pureza ideológica” sólo conseguiremos darles más municiones al enemigo, que nos acusará de ignorar lo evidente.
¡POR UN COLEGIO DE BACHILLERES DEMOCRÁTICO Y DE VANGUARDIA!
Ruiz, perteneciente a la alta burocracia universitaria que en las últimas décadas ha dejado caer al sistema de educación media superior que se encuentra subfinanciado, privilegiando a los centros de investigación, la élite según ellos, da una muestra más del desprecio que desde la torre de Rectoría se siente hacia los muchachos que no ingresan a la UNAM a través de su sistema excluyente.
Me pregunto: ¿si la UNAM desdeña el Sistema Nacional de Bachillerato para qué quiere becas para sus profesores, si no piensa cambiar sus caducos sistemas de enseñanza? Las autoridades universitarias sólo de dientes para afuera defienden la educación popular, en realidad encubren la complacencia con la que se manejan las cosas en CU, que es algo que se discute en privado, pero que se niega vehementemente cuando se menciona fuera del círculo tribal.
El que la UNAM presuma su Premio Príncipe de Asturias, cuando aumentan los índices de deserción en sus prepas y cchs, a pesar de que supuestamente escogen a los “mejores” en el examen del COMIPEMS, es una muestra más de que las poses de sentirse por encima de los demás ya no les están funcionando y de que recurren al grito de “autonomía, autonomía” cuando sus intereses creados se ponen en riesgo.
Desde la izquierda cometemos un grave error cuando en lugar de fortalecer nuestros planteles y la cultura que en más de 30 años hemos creado en el Colegio y que nos ha proporcionado una identidad propia, con sus fallas y aciertos, seguimos validando a la mafia de la UNAM que cada día nos cierra más espacios.
En cuanto a la contestación a un comentario mío previo hecho por “La pluma roja”, quisiera agregar lo siguiente: Cierto es que el Estado mexicano tiene sus intelectuales orgánicos esparcidos en diferentes instituciones para validar ideológicamente sus procedimientos, es por ello que debemos dar la batalla en la trinchera de las ideas sobre todo con los conceptos gramscianos de que los intelectuales deben de estar cerca de las visiones proletarias. Complementaría lo anterior apelando a una dialéctica de lo concreto, basado en los hechos y no en las teorías.
Así, me parece errado mencionar que las becas sólo las recibe “el alumno que tiene dinero para fotocopias, laptop, carro, Internet, comida, que no tiene que trabajar porque sus estudios los pagan sus padres, es decir, el que tiene más recursos económicos”, yo lo que he testimoniado, en Bachilleres y con compañeros que estudian en Conalep es que las becas las han recibido quienes ni sueñan con tener una laptop, ya que cuando usan la computadora lo hacen en los espacios que han puesto las delegaciones y que son más baratos que los cafés internets, que se desplazan en peseros y en camiones cuando los hay y que trabajan en los Cinépolis o los Cinemex.
Si cerramos los ojos a lo que pasa en aras de “la pureza ideológica” sólo conseguiremos darles más municiones al enemigo, que nos acusará de ignorar lo evidente.
¡POR UN COLEGIO DE BACHILLERES DEMOCRÁTICO Y DE VANGUARDIA!
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